¿Cómo abordar el comienzo de clases de nuestros hijos?

Queremos que en este inicio de clases puedas prepararte y sentirte acompañado por otros apoderados que han pasado por el mismo proceso. En cada relato, encontrarás consejos prácticos para afrontar los desafíos del nuevo año escolar. Además, al final de la página, podrás compartir tu propia historia para ayudar a otros apoderados que pueden estar pasando situaciones similares.

De una tarea a un juego

Amigarse con las rutinas

Hacer amistades no es fácil

De las carreras a la organización con tiempo

De la frustración a la motivación

Mi hijo odiaba las matemáticas… hasta que hicimos un cambio de mindset (o de Minecraft 😂)

Las mañanas en mi casa eran un caos… hasta que nos amigamos con la rutina.

El día que mi hijo me dijo que no tenía amigos

Mi hijo siempre dejaba todo para última hora… hasta que tuvimos que cambiarlo

Mi hijo se frustraba cuando algo no le salía… hasta que cambié mi forma de responderle

De una tarea a un juego

Mateo llegaba todos los días diciendo: “Odio las matemáticas”. Y yo, en mi intento por ayudar, le decía: “Pero si no son tan difíciles”. Con el tiempo entendí que esa respuesta solo lo frustraba más.

Las tareas eran una batalla constante hasta que decidimos probar algo nuevo. 

Mateo jugaba Minecraft todo el día y yo, en vez de pelear con él para que hiciera sus tareas de matemáticas, empecé a hacerle preguntas dentro del juego. “¿Cuántos bloques necesitas para hacer una muralla de 10 de ancho y 3 de alto?” Al principio ni se dio cuenta de que estaba haciendo matemáticas, hasta que un día me dijo: “Mamá, ya sé cómo calcular cuántos bloques necesito sin contar uno por uno”. 

Y ahí entendí: no es que odiara las matemáticas, solo que nunca había visto para qué servían en la vida real.

Ese ejercicio transformó su creencia y dejó de ver las matemáticas como un enemigo.

📌 Lo que aprendí: a veces, la clave está en encontrar lo que realmente motiva a nuestros hijos, darnos el tiempo de entender e involucrarnos en eso, que requiere un tiempo extra pero valioso.

Amigarse con las rutinas

Las mañanas en mi casa eran un caos… hasta que nos amigamos con la rutina.

Cada mañana era una carrera contra el reloj: despertador, gritos, mochilas sin armar, zapatillas perdidas, desayunos sin terminar. 

El problema no era que mis hijos fueran desordenados, sino que les dábamos instrucciones en el peor momento. En la mañana, el humor no es el mejor y la paciencia es limitada.

Por eso, probamos un nuevo enfoque: creamos una pizarra con cinco pasos que debían completar antes salir al colegio: 

  1. Vestirse. 
  2. Lavarse la cara y los dientes. 
  3. Hacer la cama.
  4. Revisar la mochila.
  5. Desayunar.

Agregamos un “desafío semanal”: si cumplían la rutina sin recordatorios, el viernes en la noche podían elegir su comida favorita. La primera semana costó, pero luego las mañanas fueron mucho más tranquilas.

Nos amigamos con la rutina (y entre nosotros 😂)

📌 Lo que aprendí: No necesitaban que los retara ni gritara, sino un sistema donde se sintieran responsables y tuvieran motivación.

Hacer amistades no es fácil

El día que mi hijo me dijo que no tenía amigos:

Cuando mi hijo me dijo “Mamá, nadie quiere jugar conmigo”, se me partió el corazón. Mi primer impulso fue decirle que seguro no era cierto, pero en lugar de eso, lo escuché.

Descubrí que se sentía fuera de lugar en los recreos. Decidimos hacer un “entrenamiento de amistad” en casa:

✅ Practicamos formas de iniciar conversación.
✅ Ensayamos respuestas si alguien lo ignoraba.
✅ Le enseñé que, en vez de esperar a ser invitado, él podía invitar a otros.

Semanas después, llegó feliz diciendo: “Hoy jugué con un grupo en el recreo”.

📌 Lo que aprendí: Los niños no nacen sabiendo hacer amigos, necesitan aprenderlo.

De las carreras a la organización con tiempo

Mi hijo siempre dejaba todo para última hora… hasta que tuvimos que cambiarlo.

Las carreras de último minuto eran agotadoras. “Mañana tengo que llevar una maqueta del sistema solar” se había vuelto una frase habitual.

Creamos un “Tablero de Cosas Urgentes” en la cocina:

✅ Regla #1: Si tenía una tarea, debía anotarla el día que se la asignaban.
✅ Regla #2: Si no estaba en el tablero, no era mi problema.

Al principio lo olvidaba, pero cuando vio las consecuencias, empezó a organizarse mejor solo.

📌 Lo que aprendí: No puedo hacer que mi hijo sea organizado de un día para otro, pero puedo darle herramientas para lograrlo.

De la frustración a la motivación

Mi hijo se frustraba cuando algo no le salía… hasta que cambié mi forma de responderle

“No puedo hacer esto, es demasiado difícil”, decía cada vez que algo no le salía. Antes le respondía con: “No te preocupes, seguro te irá bien”. Pero esas frases no le servían.

Cambiamos nuestra manera de hablar de los errores:
– En vez de “Tienes que hacerlo perfecto”, le dije: “Nadie lo hace bien a la primera”.
– En vez de “Eres muy inteligente”, le dije: “Veo que te estás esforzando mucho”.
– En vez de “No te preocupes”, le pregunté: “¿Cuál es la parte que más te cuesta?”.

De a poco, con paciencia y motivación, dejó de recurrir a la emoción de frustración automáticamente y empezó a ver los errores como oportunidades para mejorar.

📌 Lo que aprendí: Un pequeño cambio en nuestras palabras y en la manera de involucrarnos en lo que realmente les cuesta y los frustra, puede transformar por completo la confianza de un niño.

Tu experiencia es importante para otros

Sabemos que cada familia enfrenta desafíos únicos. Si tienes una historia que crees que podría ayudar a otros apoderados, compártela con nosotros. Juntos, podemos crear una comunidad de apoyo para que este nuevo año escolar sea un poco más fácil para todos.